Estar al servicio de quien lo necesite, pero especialmente de las mujeres en cada una de sus etapas ha marcado mi vida fuertemente.
El otro día cuando me preguntaron si había acompañado alguna vez a alguna mujeres con cáncer de mama, no pude evitar pensar en mi querida amiga y compañera Gissela Palacios, mujer, madre, compañera y sobreviviente de cáncer de mama.
Esta grandiosa mujer fue mi compañera de primer instructorado de yoga (Kundalini yoga) que hice en Agni Yoga Chile, ella tenía un par de años más que yo, nos hicimos re amigas, vivía cerca, tenía un tremendo sentido del humor y nos la pasábamos riendo de las leseras y romper las reglas jajaja. Durante ese periodo nos contó la noticia más hermosa de la vida, donde esperaba a su segundo hijo Amaro, todos festejamos, ella también, se venía un baby en la comunidad y su segundo hijo con su amado Andrés.
Aún recuerdo, cuando me comentó un día preocupada que había algo que la estaba poniendo alerta, tenía su control y pronto sabríamos qué pasaba. La emoción nos atravesó el corazón, nuestra amiga tenía cáncer de mama por segunda vez, y además, esperando a su bebé. Hicimos cadenas de mantras, la llenamos de mimos, pero nunca nunca dejaré de admirar su fortaleza. Supo teñir de color su tristeza, eligió transformar el dolor, la enfermedad e inventó miles de turbantes y formas de mantenerse radiante, aunque quizás no lo sabía, pero ella ya lo era, es un ser hermoso, no necesitaba nada más que ser ella misma.
Estaba en su tratamiento y algo imperdible para ella eran también sus módulos de yoga (muy matea siempre, mi amiga de los cuadernos). Llegó el momento de hacer la práctica y decidí acompañarla en su aventura, hacer un curso y clases para mujeres con cáncer de mama de la CLC y FALP. Ahí estaba ella, transformando cada parte de su miedo, dolor, tristeza, en amor, sabiduría y compañerismo. Transformó su vida y la de tod@s.
La Gisse se sanó sanando, tuvo a su Amaro, pequeño milagro y fue capaz de transformar la vida de muchas mujeres en esos espacios de tiempo en los que nos reuníamos. Yo simplemente estuve desde atrás, quizás sosteniendo desde lo sutil, quizás simplemente estando, observando y aprendiendo de la GRANDEZA de una Mujer.
Ella sigue actualmente apoyando a mujeres con cáncer, armando grupos de apoyo de Yoga y Sanación en YoyaSana (@yogasanacontigo).
Las mujeres somos grandes, valerosas y muy corajudas, observo la historia de todas y cada día me convenzo más de nuestra cercanía con lo divino.
Gracias amiga, transformando tu vida, transformaste la mía y la de muchas 🙂
Vicky